Pablo tiene catorce años y un canal de YouTube muy popular. Un día, tras subir un vídeo quemando simbólicamente el Quijote, se entera de que un incendio ha arrasado la biblioteca y muchos le acusan de ser el culpable.
Las cosas se vuelven aún más extrañas cuando Adriana se pone en contacto con él; la joven le asegura que algunos de los personajes de los libros han conseguido huir de las llamas y deambulan sin rumbo por la ciudad.